Este artículo trata sobre el el Libro de Sri Ram, Un Acceso a la Realidad. Consta de tres partes, que aparecerán semanalmente. A continuación comenzamos con la primera.
LEY DE LA RECTA ACCIÓN1
“Si cada uno se considera a sí mismo como es, puede ver que está relacionado por todos lados. Es una unidad dentro de una red de relaciones, un punto en el que se intersectan muchas líneas. Es un punto (rojo) sobre una esfera, en torno del cual y a través del cual pasan una infinidad de círculos. Los círculos que rodean al punto pueden considerarse como ambientales (azules): los círculos que pasan por el punto como círculos de relaciones de consciencia o de vida (amarillos)"2.
-“¡Paren el mundo, que yo me bajo!”. Cuántas veces a lo largo de nuestra vida hemos podido pensar o sentir esto, ya sea de una forma más o menos consciente. Lo que no podíamos imaginar, al menos muchos de nosotros, es lo que ha sucedido en cuestión de unos días. El mundo se ha parado. Podemos pensar que ha sido a causa de la pandemia producida por el coronavirus SARS-CoV-2 o también porque nuestro subconsciente3 colectivo lo estaba pidiendo a gritos. ¿O quizás por ambas? Esto es, la pandemia con su parada, puede verse como una respuesta de la misma naturaleza a la necesidad interna y urgente de la humanidad por re-encontrar su identidad…
De cualquier manera, el mundo se ha detenido. Y ha sido un parón sin igual de todo el ritmo frenético y consumista que llevamos desde hace ya demasiadas décadas. “Salir” de esta forma tan brusca del bucle de nuestra rutina cotidiana movida, para la mayoría de nosotros por pura inercia, ha sido como darnos un fuerte golpe en seco. Tras él, uno se siente aturdido, cansado, intranquilo, enfadado, desolado…. Te puedes sentir perdido. Si es así, esa situación crítica debemos observarla, tranquilizarnos y respirar profundamente. Hay que reconocer que la desconexión con parte del mundo exterior, precisamente por detenerse, nos invita a reflexionar más pausadamente sobre nosotros mismos y por consiguiente, sobre el rumbo o el sentido de nuestra vida. Si uno está lo suficientemente sereno y es sincero consigo mismo, desde lo más profundo del corazón, es posible que sienta como si hubiera estado mucho tiempo fuera de casa y quisiera volver. Con ese sentimiento consciente, sobreviene internamente esta pregunta: - ¿Dónde está mi hogar? En ese instante, de forma espontánea e inesperada llega a nosotros Sri Ram y afablemente nos indica ese camino de re-encontrar nuestro hogar.
Lo más importante es “conocerse a uno mismo”. Nadie te puede llevar allí. Es un camino que cada uno de nosotros tiene que recorrer por su propio pie. Ahora bien, adelanto, que se tienen algunos acompañantes. Uno de ellos, especialmente agradable e imprevisto y sutil guía. Y también, en un momento dado, cierto medio de transporte para recórrelo.
Antes de comenzar este viaje, Sri Ram nos dice que contemplemos bien lo que nos rodeaba para poder emprender el camino en la dirección y con el viento, apropiados. Y así lo vamos hacer. Observamos, junto a sus argumentos, que el mundo exterior, lo objetivo, es ilusorio. Y lo subjetivo, es lo real. Percibir la realidad, es un acto puramente subjetivo de nuestra consciencia.
Estamos acostumbrados a ver las cosas volcados hacia afuera. Examinamos los hechos que ocurren en el mundo objetivo, a partir de nuestra percepción sensorial y los analizamos con nuestros pensamientos. “Parece” que lo objetivo es la única realidad y lo subjetivo es lo ilusorio. Además se establece implícitamente, que sólo puede tener el rango de realidad, aquellas experiencias que todos compartamos. Pero estas premisas, no son ciertas.
La realidad que observamos, a partir de nuestras percepciones, son meras apariencias. A la luz del día no se ven las estrellas, a pesar de que éstas brillan como soles sin parar. No se ve como son realmente. El sol, parece que se mueve, pero también es una ilusión, ya que es la tierra la que gira, aunque nos parezca lo contrario. Incluso la percepción sensorial de la materia: flores, farolas… no es tan sólida como nos parece. “Existe un vacío en la materia”4. Hay muchos más espacios sin materia que con ella. La materia, en el conjunto del universo, es atípica. Sri Ram, propone escoger un punto al azar, tanto en el macrocosmos (estrellas, planetas…) como en el microcosmos (átomos, protones, electrones…) y nos enseña que hay inmensas posibilidades de que ese punto, antes de encontrar materia, sea un espacio interestelar o interatómico.
“El universo es sutil”5 y la materia solo aparece en contadas ocasiones. Con esto, el mundo objetivo de la materia, no es tan real como pueda parecer. Ciertamente, puede que alguien continúe pensando que todo aquello que es materia, es más real que cualquier otra cosa para nuestra mente. Pero nuestra propia experiencia nos enseña, que hay sentimientos o pensamientos, que por su intensidad o persistencia, pueden tener una impresión de ser aún más reales que ésta.
Cualquier conocimiento que obtengamos de algún fenómeno de la naturaleza, aunque pueda percibirse por muchos, lo realiza nuestra mente, es un acto puramente subjetivo. Para conocer la realidad hay que mirar dentro de nosotros. Y más aún. No hace falta que una experiencia sea compartida para ser real. Por ejemplo, la experiencia de un místico. También la experiencia de escuchar música o de contemplar una obra de arte, no es igual para todos. Hay una serie de sentimientos, sensaciones o incluso energías desconocidas, como movimiento del espíritu, en función de nuestras propias situaciones vividas, por tanto subjetivas, que difícilmente pueden ser igual en cada uno de nosotros. Por otro lado, el hecho de ser una experiencia única, de un solo individuo, por sí mismo, no se puede clasificar como no real o irreal. Porque es real para nosotros, y además sin ellas, nos estaríamos perdiendo muchos de los matices más esenciales y reales de nuestra existencia.
La realidad, queramos o no, es psicológica, subjetiva6. La propia ciencia, como explica Sri Ram, pasó de concebir la materia como única realidad y nuestra mente como un sucedáneo, a proponer que ambas, materia y mente, están entremezcladas y desde hace relativamente poco tiempo, es cuando comienza a establecer que hay un predominio de lo mental.
Ahora que conocemos la dirección de nuestro viaje, hacia nuestro interior, hemos de seguir el consejo de Sri Ram para llegar a nuestro hogar: “conócete a ti mismo”7. Para este propósito, desde el primer tramo del camino vamos a estar acompañados de nuestra mente. Tenemos que percatarnos muy bien de su naturaleza, para que nos sirva más de instrumento, que como un obstáculo. Porque si no la conocemos bien, puede que sea más piedras y polvo en el camino, que agua, que lo allane y lo limpie. Con ella, tenemos que romper las falsas ideas y fantasías que aparecen ante nosotros y que nos hacen girar en círculos viciosos. Lo cual, evidentemente, no nos lleva a ninguna parte.
Tenemos que sacar a nuestra mente de su involución, porque está encadenada a nuestras experiencias pasadas. Ella, se halla en su área de confort de conveniencia y comodidad cuando la dejamos tranquila con sus falsas creencias. Pero con un examen crítico y honesto, tanto de nuestros pensamientos como de nuestras reacciones ante las cosas y las personas, se revuelve sobremanera. Con respecto a los pensamientos, la mente en general, conoce las cosas a partir de opuestos. Conocemos un color, un sonido, diferenciándolo de otro. Bien. En esto no hay conflicto. Lo que sucede es que esa dualidad, en demasiadas ocasiones, en su forma de ser, confunde la visión que tenemos de las cosas. Y aquí, si hay un problema. “Hay en nuestras personalidades el conflicto de una constante contradicción”8. Por un lado, podemos ser fríos y distantes, y por otro, sensibles y tiernos. Con respecto a nuestra relación con otras personas o cosas, también es muy dispar. Algunas situaciones nos repelen sin remedio y otras, en cambio, nos atraen. Tenemos un flujo de energías discordantes que actúan simultáneamente. Y nuestro karma, por si esto no fuera poco, nos impone una serie de circunstancias físicas y psicológicas, sujetas al pasado, que no podemos cambiar. Esto vuelve loco a cualquiera.
MAF
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[1] Esta reflexión es sobre el libro de Sri Ram, Un acceso a la Realidad, como el texto que se ha leído es un pdf, y no del libro original, editorial Orión, México D.F, 1963, para citar se pondrá el título y la página del pdf.
[2] Un acceso a la Realidad, 23. Cada uno de nosotros somos un punto rojo sobre la superficie de la esfera de la Realidad Absoluta. Y tenemos dos tipos de relaciones. Las relaciones ambientales, externas, materiales, propias del Karma, con un tiempo y lugar determinado, que forman los círculos concéntricos azules, en torno a nuestro punto rojo. Y también tenemos otro tipo de relaciones, que son de consciencia o de vida. Son relaciones internas, de afinidad, de Espíritu. Los círculos amarillos, son del mismo radio que la circunferencia por ser la propia Realidad y pasan por nosotros (punto rojo).
[3] Uso el término “subconsciente” porque es el que emplea Sri Ram, y en consonancia con el significado que le otorga con Jung. No debe interpretarse o confundirse con el significado de “subconsciente” de Freud, porque perdería todo su contenido.
[4] Un acceso a la Realidad, 3.
[5] Un acceso a la Realidad, 4.
[6] Es un hecho que cómo percibimos es en cierta manera una realidad de nuestra situación actual, aunque sepamos que es un modo de ver parcial. Pero es lo que tenemos en este momento. No obstante, intuimos que tras esa apariencia de realidad, se oculta la verdadera.
[7] Un acceso a la Realidad, 42.
[8] Un acceso a la Realidad, 20.