Es un objeto con proporciones muy grandes en relación a mi propio tamaño, quizás mil veces mayor. Tiene una forma tridimensional de cono. Si lo rodeo, cada uno de sus lados no es uniforme como una figura geométrica, sino que aparecen diferentes grosores y texturas.
Su colorido desde la parte más elevada y descendiendo hasta su base es de un blanco brillante entre mezclándose seguidamente a partir de tonalidades intensamente verdosas a otras más amarillentas, ocres dorados, rosas y lilas.
Huele a húmedo terroso y a un leve frescor aroma floral, que en ocasiones, se desvanece.
Su tacto, según la parte de la superficie que palpo pasa por innumerables grados de texturas cuyos extremos son: una fría, rugosa y rígida de piedra y la opuesta en esta escala: una suave e intensamente cálida de flor.
A través de su forma emanan sonidos dispares. El viento cruza su desnivelado contorno y silba como un delicado canto de ninfa unido a otro de alegres pájaros ruiseñores, con intermitentes chasquidos de madera seca y un fino, pero constante fluir de agua, chapoteando hábilmente entre pequeñas rocas redondeadas rojizas y marrones , variadas en sus tamaños, algunas diminutas chasquean con sus saltos contra el cristalino fondo de ese riachuelo.
Finalmente, apreciamos un especial gusto con sabor a bienestar, al contemplar nuestro objeto con toda su natural y original diversidad entrelazado en armónica convivencia a un mismo estar en su entorno.
Su función vital es ofrecer un hogar a numerosos seres vivos. Entre ellos, hay árboles y como ellos producen oxígeno, por extensión, también se aprecia su generosa capacidad de regalarnos a todos y cada uno de nosotros ¡el poder respirar!
Este cono ciertamente me evoca la imagen de la punta de una flecha. Y esta analogía, a su vez de forma espontánea, transporta a verlo como un movimiento en dirección al cielo. Un querer saber volar hacia él.
Esta descripción ha ido conformando pues, en sí misma, el modo de existir y de ser de este objeto en el mundo. En cierta frecuencia, sugiere un alma, que de forma innata y trascendente, siente, conoce y pone en práctica una fuerza desconocida o destino que evoluciona secretamente hacia lo más elevado.
MAF