Si, ciertamente con este título de máxima1 nos vamos directamente a pensar que es el concepto tan de moda en este momento, la “empatía”. Que si bien hay que agradecer que está apareciendo en nuestra sociedad cierta sensibilidad con respecto a ella y urge ponerla en práctica en nuestras relaciones, quizás aún falta reflexionar sobre ello más de raíz como muestra Sri Ram para interiorizarlo adecuadamente y poder potenciarlo con más espontaneidad y eficacia en el mundo exterior. Que por cierto, dicho sea de paso, él lo enseña y propone ya desde hace muchos años.
¿Por qué es importante practicar esta máxima lo más frecuentemente posible?
- En primer lugar, acostumbrarnos a poner nuestra atención en esta máxima cuando conversamos, trabajamos o discutimos con nuestros amigos, familiares o compañeros de trabajo es un modo muy beneficioso para crecer en una comunicación mucho más fluida en estas relaciones personales.
- Y en segundo lugar, cuanto más la integremos en nuestra conducta, más natural y sincera irá surgiendo en nuestra acción.
Si estamos frente a otra persona y nos repelen sus afirmaciones, nuestra visión de ese hecho enturbia, confunde y entorpece nuestro pensamiento. Sin embargo, para una valoración adecuada de esa tediosa situación debemos pararnos y examinarlo bien. Es primordial tranquilizarnos primeramente para romper esa frontera que es meramente material.
Hay tener en cuenta, que cualquier punto de vista por su propia naturaleza limitada, es parcial. Que puede ser o no correcta y aun siendo adecuada, podemos fallar en la ejecución de lo que nos dicta, con o sin mala intención, en cualquiera de estos casos.
Si nos fijamos esta acción ya deliberada de “ser capaces de ponernos en el lugar del otro”, por el hecho mismo de querer ponerla en práctica, ya implica un interés amable por nuestra parte para intentar reajustar alguna diferencia que estamos encontrando con la otra persona. Con lo que permite, a un mismo tiempo, por esta actitud implícita, suavizar nuestras discusiones. Aquí aparece nuestra flecha de luz en la acción para esta máxima. Y es la forma propicia para determinar que acción tomar bajo esta otra perspectiva, el punto de vista ajeno. Y no tan sólo desde nuestra cerrada y preestablecida posición egocéntrica.
Brilla un destello de nuestra flecha al surcar el cielo. En ocasiones, es maravilloso sorprendernos con lo que expresa la otra persona y que pueda estar justificado si lo siente sinceramente como nos desvela Sri Ram. Porque puede ser efecto del “latido de la naturaleza que nos vincula a todos” 2. Es decir, explicaciones genuinas.
Ahora bien, esto solo podremos comprobarlo si solo si nosotros nos encontramos receptivos con nuestra mente abierta para escuchar la posición del otro. Tampoco puede darnos miedo las nuevas ideas que nos puedan ofrecer simplemente porque sean distintas a las nuestras o pensar que vayan a usurpar el lugar que ocupaban las nuestras. Pueden ser perfectamente incluso sutiles e importantes matices que enriquezcan o afinen las nuestros pensamientos.
Esta máxima es imprescindible y es la flecha de luz mágica para mitigar las discusiones en el mundo. Como indica Sri Ram, lejos de seguir dividiéndonos sin escucharnos los unos con respecto a los otros, tenemos que conseguir fusionar esa diversidad de ideas que se desplazan en las mentes de la humanidad por el mundo con una raíz afín a la naturaleza, sin alejarlas simplemente por no prestarles atención al estar inmersos cada uno de nosotros en nuestras pequeñas identidades personales separadas, donde inconscientemente nos solemos mover. Si lo cambiamos, podremos aprender a enlazar el hilo que nos hermana, con lo que la PAZ en el mundo, comenzará a aflorar irremediablemente.
MAF
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[1] El interés humano, 10.
[2] El interés humano, 12.