Hace un tiempo algunos amigos me pidieron que les explicara en que consistía mi trabajo. Y para mi sorpresa a pesar de que mi trayectoria en el mismo es larga, me costó improvisar mi modo de proceder. Imagino que lo tengo tan automatizado que no me había parado a pensar como sucede y actuó. Pues bien, está reflexión surge de esa situación y con la grata alegría de que al atender a mi profesión de una forma más profunda me he percatado en este tiempo de algo más especial.
La vida empresarial observada desde una perspectiva filosófica recoge unos matices mucho más coloridos, más humanos, que desprenden acciones más diligentes.
Lo muestro a mi manera. Normalmente en la preparación del montaje de una exposición comercial de un congreso o feria, la primera toma de contacto entre personas puede ser un poco tenso, en el sentido de que por norma general las “personalidades” que lo ejecutan no se conocen aún y su modo de actuar o de hablar puede chocar los unos con respecto a los otros. En este escenario, se produce un intercambio de información, documentos con imágenes de estructuras de aluminio o de carpintería, mobiliario, audiovisuales, tiempos de ejecución, pedidos de material, precios… Seguidamente, cuando ya se tiene un esquema concreto de lo que hay que preparar, se transmite con detalles al personal de producción. Su primer impacto, con tanto por hacer sin que ellos posean aún un conocimiento más palpable de la situación… también suele conllevar la expresión de ciertos desalientos, malestares y pueden aparecer recurrentes roces directos.
Ahora bien, si este proceso lo afrontamos con una actitud atenta empleada tanto a lo general como a lo más concreto y simultáneamente con una fuerza natural y cabal hacia las personas que se relacionan en el mismo, acontece lo que he mencionado al comienzo de esta reflexión, una percepción con tintes especiales y beneficiosos:
- Ésta se palpa en el trato tanto con las personas que componen las diferentes agencias, los propias entidades organizativas e instantes con fuerza, si se me permite, con el equipo que lo ejecutamos, porque existe un sentimiento más ligado por ser nuestra relación más cercana en el día a día.
- Ella, además es inmanente, siempre presente, aunque la mayoría de las veces no somos capaces de sentirla para dejar que nos guie. Ciertamente, como poco, deberíamos intentarlo, porque este talante permite trabajar de un modo mucho más fluido y por ello, con muchos menos obstáculos.
Si, claro que esto no significa que solo por mantener esta condición filosófica práctica nuestra labor se convierta en ese momento en un precioso campo de frescas y aromáticas rosas, que por otro lado, sería maravilloso. La realidad es que siguen apareciendo problemas que solventar, por supuesto, pero la diferencia más importante es que se asumen como retos acogidos con la suficiente templanza como para intentar superarlos con la mayor agilidad posible. En ocasiones, tales inconvenientes, hablo por experiencia, pueden incluso llevar a resultados mucho más satisfactorios, por el mero hecho de trabajarlos desde más ángulos, precisamente por su dificultad añadida o también resultan consecuencias mejores porque “si”, es decir, sin poder explicarlo de un modo racional objetivo, seguramente existen influencias no visibles, ya que con esa atención extra, tales efectos sin causas demostrables de forma palpable a veces emergen. Hace tiempo acuñe una máxima al respecto: - “Algunas situaciones difíciles se transforman en inesperadas y buenas oportunidades”. Sucede.
No obstante, en el caso de que sean trabas insuperables, que las hay, intentando no caer en una parálisis mental (o por lo menos no muy duradera), se debe entender que a pesar de haber hecho lo que procedía y un poco más para conseguirlo… ese rumbo se veta y hay que buscar otras alternativas que lo reemplacen. Visto.
La angustia, el desasosiego, la incertidumbre, el enfado, la ira, los nervios…conviven con nosotros, quien lo niegue... no conoce, ni se implica plenamente en este mundo profesional de los eventos. Es más, en nuestra área de puro montaje, como a veces comento, somos (en tono sarcástico, “para mi desgracia”) “el último eslabón” de la larga cadena de profesionales que idean, elaboran, desarrollan o buscan contenidos, recursos, patrocinadores… para materializar los eventos. Son los ríos de un gran caudal de contenidos con variados cargos que confluyen en el mar de nuestra responsabilidad, ya que somos los que finalmente lo construimos físicamente y lo “entregamos”. Por tanto, debido a este movimiento de tareas que llegan hasta nosotros, somos los que absorbemos inevitablemente todos los retrasos y fallos de los que nos preceden, además como no, de nuestros propios inconvenientes y errores. A esto, hay que añadirle inevitablemente más cambios y sugerencias “estupendas” (para lo que las idean) de última hora (lo cual no quita que algunas sean muy acertadas)…
Vamos que para la producción técnica, ¡es una verdadera cuenta atrás de reloj y tensión garantizada en cada uno nuestros encargos!
Esta es, a grandes rasgos, la naturaleza intrínseca de nuestro trabajo y comprenderla nos ayuda a no ir contra corriente de su fluir natural y ahogarnos antes de empezar a nadar. Que pasa.
Ahora bien, aquel que diga que es cuestión de sumar o restar cuantitativamente lo que se necesita y lógicamente predecible nuestro hacer… le digo… ja!
Me estoy acordando en este mismo momento de la reforma laboral (cuidado, en nuestro ámbito, no entro en otros, que si es necesario para no existan fraudes), que nos han impuesto últimamente en relación a contratar eventuales, que como mínimo, ha de hacerse con un mes de antelación y con los días específicos … absolutamente insostenible!! Multas de 27,53€ garantizadas. No surgen trabajos nuevos e importantes en días, no. No hay que incrementar montadores por imprevistos, no. Tampoco por servicios reconducidos, no. No cambian las circunstancias de repente, no. Nada de esto y otras muchas cosas más pueden pasar, no… Toc toc toc ¿Hay alguien en el gobierno que sea mínimamente sensible y consciente de esto? ¿Se me escapa algo? …
Caí por un momento e intensamente… tan solo… en algo muy concreto. Disculparme. Pero por otro lado, me alegro, porque esto sucede sin parar con temas o cuestiones que nos tocan la fibra en este trabajo de producción de eventos y por si fuera poco la mayoría de las veces, sin tiempo, ni forma.
Sin embargo me viene bien como aspecto práctico de esta reflexión. Importante: darnos cuenta y recalcular nuestra actitud con este talante más “filosófico”, que lejos de significar “perdernos en los laureles” como los más espabilados pueden pensar… es por el contrario, desarrollar esa habilidad que estoy intentando dibujar aquí, mucho más sagaz y fina, desde cierto equilibrio interno más sereno, una perspectiva menos plana o al ras de la tierra, más vertical de lo que nos sucede cotidianamente y ofrecernos una vista más limpia, lo cual nos capacita para sopesar las opciones que tengamos entre manos en un momento dado sin tanta nebulosa de pensamientos y emociones turbias que entorpezcan elegir la dirección o respuesta más apropiada.
En relación con lo que estamos tratando, recuerdo esta otra frasecilla que me acompaña: “el papel lo soporta todo”. Esto lo pienso (y cuando puedo lo digo) cuando me viene, digamos “alguna persona externa al montaje” con instrucciones de los eventos, a lo mejor con un planning de ferias o congresos y señalado a bolígrafo quizás dos de ellos en el mismo día y lugar. Por ejemplo, un desmontaje 40 stands modulares de 4x3mts con su respectiva moqueta, iluminación, imagen corporativa, mobiliario /audiovisual y un montaje con otros espacios completamente distintos y estructuras variadas de unos 600mts2 con sus propias descripciones técnicas. En ese papelito, repito, con el mismo día y lugar de ejecución, no señala estas “aparentes pequeñas apreciaciones”, ni que los expositores de unos y otros congresos o ferias deben, antes de entrar nosotros, en ese mismo tiempo, por un lado, recoger sus cosas, marcharse y por otro los que vienen, tiene que traer sus paquetes, decorar su espacio y completarlo con sus productos o merchandising. Ahora, Ta chin!! Cojamos a nuestro maravilloso equipo y hagamos la magia propicia sin horas reales para conseguirlo. Esto es, “el papel sostiene todo (perfectamente)” pero no es la realidad… porque sencillamente no se puede. ¿Un edificio se construye en la mitad de tiempo con el doble de personal? No. Incrementar manos, ayuda y mucho, pero desgraciadamente no es proporcional. Si esto lo entendieran una parte importante de las mentes de las áreas que nos preceden… sería una alegría, sinceramente.
Llegado a este punto, si alguien piensa que el ejercicio que propongo en estas líneas se soporta en este formato de “papel moderno” tan solo como una "idea", la de conseguir esa actitud de espectador más objetivo que actúa por ello con más eficacia, porque “el papel lo soporta todo”, pero que en la práctica tampoco es posible, yo en este caso opino lo contrario, que si se puede. Esto no significa que sea fácil o que no lleve implícito un esfuerzo considerable y constancia a lo largo del tiempo. Tampoco se deriva que se realice como una suma de logros en términos materiales y menos, porque tengamos la intención de que suceda. Su forma de "aparecer" tiene que ver con una actitud que se decanta hacia la calidad más que a la cantidad, a la atención trabajada más que a la inercia-confort. Una predisposición ejecutora hacia una sintonía activa de pensamientos, sentimientos y acciones. La cual, surge a instantes de forma espontánea. Y te sorprende. Ocurre.
Yo no soy experta. Sin embargo, tras los años que llevo en esta profesión y la implicación consciente en la que vivo, si noto y aquí está la agradable alegría que expresaba en esta reflexión más arriba, cierta tendencia a que salten estos centellazos más nítidos de vez en cuando en la oleada de los últimos trabajos que estos meses estamos preparando en nuestra querida ciudad de Granada junto a otros momentos de mi vida actual.
Para finalizar, si a este claro, diferente y colorido modo de ver filosófico en acción de un entorno laboral, extensible a cualquier ámbito lo denominamos "belleza", siento que las siguientes líneas envuelven esta reflexión y simultáneamente la despliegan:
“Toda la belleza que vemos alrededor nuestro en las cosas externas, no son sino fragmentos que reflejan la belleza interior. Esa belleza interior, según se manifiesta, se convierte en vida y acción, siempre cambiante, pero siempre presentando un aspecto de esa armonía que es su base.” N. Sri Ram (La Belleza de la Virtud).
MAF